Sharbat Gula. Portada de National Geographic 1985 Foto: Steve McCurry |
Sharbat Gula, más bien conocida como "la niña afgana", fue la protagonista de una de las fotos más famosas del mundo hecha por Steve McCurry para National Geographic. En 1984 el fotógrafo de guerra fue enviado a Nasir Bagh, un campo de refugiados localizado en Pakistán al que huyeron muchas personas procedentes de Afganistán durante la guerra.
McCurry se encontró con esta niña que entonces tenía 12 años y estaba huyendo de la guerra acompañada de su familia, tomó algunas fotos y se despidió de ella sin saber su nombre. Tras un proceso de elección de fotografías merecedoras de portada, en el último momento, el fotógrafo cambió de opinión y la foto que se publicó no fue la prevista, pero sí la que dio la vuelta al mundo.
Fotografía que se iba a publicar como portada hasta que se cambió de opinión. |
El rostro de la niña con enormes ojos verdes se convirtió en uno de los mas reconocidos y representativos del planeta, ya que tanto el fotógrafo como la revista que la incluyó en su portada, supieron plasmar a través de su mirada, la terrible situación y el miedo que se estaba sufriendo en aquel rincón de La Tierra.
Sharbat Gula con 30 años tras el reencuentro. Portada de National Geographic en 2002 Foto de Steve McCurry |
Lo mejor de todo esto es que 17 años después, Steve McCurry tuvo la oportunidad de reencontrarse con ella gracias a la profesionalidad del FBI, que contaba con sistemas de reconocimiento facial y pudieron comparar el iris de ambas fotografías. También contó con la ayuda de algunos lugareños que estuvieron en el campo de concentración de Pakistán e hicieron circular la foto. Cuando se reencontraron, ella vio por primera vez aquella imagen y supo que se había hecho famosa.
La mujer que en ese momento tenía 30 años, se dejó fotografiar de nuevo y explicó que la vida no había sido nada fácil desde que le hicieron ese primer retrato. Esto se muestra en su mirada, ya cansada de injusticias y sufrimiento. Su retrato fue de nuevo portada de la revista National Geographic y a raíz de esto se creó un documental sobre esta historia "En busca de la muchacha afgana". También se creó una fundación sin ánimo de lucro para ayudar a las mujeres afganas.
Este retrato que dio la vuelta al mundo y sigue siendo tan memorable a día de hoy, se ha convertido en un símbolo para todos los refugiados y las víctimas de guerra que por desgracia sufren día a día.
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